Acompaño a bodegas, instituciones y proyectos del vino a construir coherencia entre lo que el vino es, lo que expresa y lo que transmite. Desde la fermentación hasta la narrativa, mi enfoque une el conocimiento técnico, la sensibilidad sensorial y la claridad comunicativa.
Mi propósito es unir la enología, la ciencia y la comunicación para construir proyectos del vino más conscientes, coherentes y con sentido.
Imagino un futuro donde el vino se entienda desde la evidencia y la emoción por igual: una industria que evolucione sin perder origen, y que comunique con claridad, profundidad y honestidad.

Comprometido con la exactitud técnica, la validación científica y la calidad en cada etapa.
El rigor es la base para construir confianza, dentro y fuera del laboratorio.
Desde el viñedo hasta la narrativa, busco que lo que se hace y lo que se dice tengan la misma dirección.
Un vino auténtico necesita un relato verdadero.
La enología y la comunicación están vivas: cambian, se adaptan, se escuchan.
Cada proyecto es una oportunidad para reinterpretar y crecer.
Soy enólogo, comunicador y consultor franco-mexicano. Acompaño a bodegas, instituciones y proyectos del vino a construir coherencia entre su realidad técnica, su expresión sensorial y su discurso.
Mi formación en el Institut des Sciences de la Vigne et du Vin (Burdeos) y en la Universidad de Chile me dio una base científica rigurosa para entender el vino desde sus procesos más profundos: la microbiología, la fermentación, el equilibrio químico y la expresión del terroir.
Pero fue en Mémora Vino, mi propia bodega de microvinificación, donde comprendí lo esencial: que el vino no solo se estudia, se vive. Ahí aprendí a escuchar lo que ocurre dentro de un tanque, a decidir con los sentidos, y a asumir que cada elección técnica también es una postura emocional.
He participado en múltiples ediciones del Concours Mondial de Bruxelles, donde he tenido el honor de actuar también como presidente de mesa. Cada edición me ha permitido aprender y contrastar realidades: conocer cómo evoluciona el vino mexicano frente a los mercados internacionales, entender tendencias, estilos y contextos, y reforzar una mirada crítica sobre lo que significa calidad hoy.
Paralelamente, lidero y colaboro en proyectos de investigación y documentación del vino mexicano, como REMEVI, el Registro Mexicano Vitivinícola: una iniciativa abierta que busca definir la tipicidad de nuestras regiones, mapear descriptores sensoriales e integrar ciencia e inteligencia artificial para construir conocimiento colectivo sobre nuestro vino. REMEVI no es solo un proyecto técnico: es una manera de dar estructura, visibilidad y rigor a la identidad vitivinícola de México.
Cada vino, desde el laboratorio hasta la etiqueta, revela cuánto equilibrio requiere transformar una idea en experiencia. Porque hacer vino no es solo dominar la técnica, sino entender el contexto, la intención y el momento.
Creo que el vino solo cobra sentido cuando se entiende y se comunica con verdad. Por eso, mi trabajo une la técnica, la sensibilidad y la palabra, para que cada vino y cada persona detrás de él pueda expresar su identidad con claridad, propósito y profundidad.
